Primero algo de historia de las ideas, que siempre es bueno. En el siglo XVII, surge en Europa, entre otras ideas, el vitalismo. Se desarrolló frente al mecanicismo de Descartes que dejaba fuera de explicación que era y como funcionaba la vida. Los vitalistas consiguen durante un tiempo mantener viva la idea, valga la redundancia, de la vida como algo que quedaba fuera de las ciencias experimentales, y por supuesto no sintetizable. Cuando en 1828, Friedich Wohler, el señor de la foto con aspecto de despistado, logra sintetizar urea, sustancia orgánica a partir de componentes inorgánicos, el vitalismo se viene abajo, y se inicia una nueva ciencia que conocemos como química orgánica, que estudia el carbono y sus relaciones con otros elementos.
¿Que tiene esto que ver con el compost y el humus?. Que ambos están formados por carbono y nitrogeno, además de otros elementos y micororganismos, se rigen por las leyes de la química orgánica.
En EDAFOTEC siempre decimos que la naturaleza no hace compost hace humus. Y que más da?. Pues mucho. Cuando aportamos compost al suelo estamos aportando materia orgánica en descomposición, más o menos madura, pero sin estabilizar. Olvidándonos de otros factores como estructura, relación C/N o higienización, el compost no es intercambiable por el humus, cuando la tierra ha perdido humus, materia orgánica estable, no lo podemos arreglar aportando compost, materia orgánica también, pero diferente.
Fundamentalmente por un motivo, la madurez. Quién ha depositado compost en una parcela y riega, enseguida aprecia un vapor que se va a la atmósfera, ese vapor se lleva entre otros el carbono y el nitrogeno que tenía el compost, y que fatalmente forman parte de los gases invernadero. El humus por el contrario es materia orgánica madura y cuando se moja no sufre lo mismos efectos, permaneciendo estable en el suelo por mucho tiempo.
Que hacer?. Pues aportar humus al suelo, que es lo que intentamos hacer en EDAFOTEC, pero eso lo explicaremos otro dia.
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